Todo comenzó en el año 1965, cuando los jardineros preparaban el diamante para el primer juego en el estadio Astrodome en Houston, Texas; el techo del estadio era traslúcido, lo que permitió que con el resplandor, los cristales se cubrieran de pintura lo que provocó que el césped natural muriera.

Es por eso que Monsanto pensó en una idea que pudiera reemplazar el pasto natural en uno sintético; es así como el 19 de julio de 1966, cuando Los Astros vencieron a los Phillies 8-2 en el primer partido de Grandes Ligas, se jugó por primera vez sobre pasto sintético llamado AstroTurf, que fue previamente inspeccionado por el mánager de los Astros de Houston, Grady Hatton, y el mánager de los Dodgers de Los Ángeles, Walt Alston. 

Pocos sabrían, hasta años después que este invento revolucionaría la manera en que se preparan las canchas deportivas de alto rendimiento, dejando como precedente y las bases para el pasto sintético en el mundo. Su uso se popularizó y se extendió mayormente para uso deportivo (canchas de béisbol y fútbol americano) en Estados Unidos y Canadá.

Actualmente, la FIFA ha estipulado estándares de calidad para determinar la eficiencia del pasto sintético, algunas características particulares son la interacción del pavimento con el juego: bote y rodadura del balón, capacidad de absorción de impactos, deformabilidad, resistencia al esfuerzo de torsión; además del peso de fibra o peso total.

En Epic Grass nos enorgullece haber aprobado el Programa de Calidad de la FIFA, con el cual se identifican las canchas de pasto sintético que cumplen con todos los estándares de rendimiento para el juego.